martes, 27 de febrero de 2018

Richard Evans Schultes y los secretos del Amazonas (1941-1953)



            El libro del que hoy nos ocupamos es difícil de clasificar. No es únicamente una biografía, ni un libro de aventuras, ni un tratado de geografía, aunque hay un poco de todo esto en él. Está centrado en la figura de R.E. Schultes y sus exploraciones en la cuenca amazónica Colombia, Brasil y Ecuadory en la cordillera andina entre los años 1941 y 1953. También tienen un papel muy destacado los viajes de sus discípulos Tim Plowman y Wade Davis, este último autor del libro.          

            Tradicionalmente ha suscitado poco interés entre los botánicos el estudio de las plantas y hongos con propiedades psicoactivas, exceptuando cuando entran en juego intereses económicos. Aunque muchas culturas "primitivas" los han utilizado desde tiempos inmemoriales para trascender –con un uso a menudo asociado  a ceremonias con rituales de iniciación, generalmente su uso y memoria o se ha perdido o ha quedado restringido a grupos sociales más o menos marginales o aislados geográficamente. Probablemente el rechazo, cuando no directamente la persecución, de la ortodoxia cristiana y de las otras grandes religiones monoteístas, ha tenido mucho que ver en ello. Esta situación, sin embargo, comenzó a cambiar hacia finales del siglo XIX, cuando algunos etnógrafos describieron el consumo de estas plantas y hongos en algunas culturas como expresiones espirituales. Y es aquí donde hay que situar a uno de los primeros botánicos que se interesó por estas plantas y su uso, y que llegó a ser un gran experto y divulgador, Richard Evans Schultes. Sus trabajos pioneros sobre el peyote y el teonanácatl se pueden considerar los primeros estudios etnobotánicos "serios" sobre organismos psicoactivos. Asimismo, desencadenó toda una serie de acontecimientos que acabarían confluyendo con los anhelos e inquietudes de la generación beat en los años 50 y los movimientos contraculturales de los 60 y 70.

R.E. Schultes (a la derecha) [del libro]
            Richard Evans Schultes (1915-2001) se considera uno de los grandes etnobotánicos del siglo XX. Ya de pequeño le había fascinado el libro del botánico y explorador del siglo XIX Richard Spruce sobre el Amazonas, pero fue a Harvard a estudiar medicina, becado por la Iglesia Unitaria de su comunidad, situada en el área de Boston. En Harvard conoció a Oakes Ames (1874-1950), un profesor de etnobotánica muy extravagante, orquideólogo y millonario, de quien llegó a ser su alumno predilecto. Le dirigió un trabajo de pregrado sobre el uso del cactus del peyote entre los kiowas en Oklahoma y, más adelante, la tesis doctoral sobre organismos alucinógenos en México, donde identificó el teonanácatl de los indígenas como hongos del género Panaeolus. En 1941 Schultes se encontraba en el Amazonas, estudiando el uso del curare por los indígenas, y cuando Estados Unidos entró en guerra se alistó como voluntario. Sin embargo, fue reclutado por la Oficina de Plantas Industriales del Departamento de Agricultura de Estados Unidos (USDA) y enviado a Colombia, como explorador botánico, para evaluar las diferentes especies productoras de caucho y sus posibles opciones para cultivo industrial. El caucho era necesario para abastecer la industria bélica, que hasta entonces había dependido del suministro del SE asiático que se había interrumpido. Permaneció en Colombia hasta 1953, viajando esporádicamente a Estados Unidos, Costa Rica o Inglaterra. Cuando se cerró el programa del caucho, fue reclamado desde Harvard. Durante todo este periodo había explorado, generalmente solo, unos 80.000 km2 de territorio amazónico donde las únicas vías de comunicación eran los ríos. Se desplazaba con su inseparable canoa de aluminio de fabricación artesanal, que tan sólo pesaba 24 kg. Aprendió dos lenguas amazónicas, inventó el método para prensar y conservar las plantas en alcohol o formaldehído, que aún se utiliza hoy en día en zonas tropicales y recolectó unos 24.000 números de plantas, de las cuales unas 3.500 productoras de látex, la mayoría del género Hevea. Además, a partir de sus recolecciones, se describieron unas 300 especies nuevas para la ciencia. También pasó hambre, sufrió ataques de malaria y beriberi y experimentó personalmente con todas las plantas alucinógenas de la selva conocidas por los indígenas, buscando siempre quien todavía conservara el conocimiento tradicional para preparar las pócimas. Curiosamente, una de sus grandes frustraciones era que, mientras la mayoría de la gente que las tomaba sufría unas fuertes sensaciones de alteración de las percepciones, él apenas veía cambios de colores.

            Timothy Plowman (1944-1989) era el discípulo predilecto de Schultes y también experimentaba con todas las plantas psicoactivas. Los años 1974 y 1975, y bajo la supervisión de Schultes, estudió las fuentes naturales de la coca en los Andes con un proyecto del USDA. Plowman acabaría siendo el gran especialista del género Erythroxylum, en el que describió cerca de 40 táxones. En el trabajo de campo de estos años casi siempre lo acompañó Wade Davis (1953- ), que durante la década de los años 70 continuó viajando por los Andes y la costa pacífica, desde Perú hasta Panamá, con alguna incursión en la cuenca amazónica.

La cordillera del Chiribiquete, que Schultes exploró en 1943 (J. Pedrol)
            El libro que nos ocupa está estructurado en 14 capítulos, cada uno de ellos tiene un hilo conductor. Así, entre otros, aparecen el peyote, los hongos alucinógenos de México, la coca y los viajes de Plowman y/o Davis, el curare, el caucho, el pueblo waorani, varias plantas alucinógenas, los viajes de Richard Spruce a finales del siglo XIX o el mismo río Amazonas y un buen puñado de afluentes. Pero en cada uno de los capítulos se mezcla todo: los viajes de Schultes de los que la información proviene en buena parte de sus libretas de campo, además de entrevistas personales, el viaje de Plowman y Davis o algún otro viaje de Davis, noticias históricas, historias personales, información antropológica sobre los diversos pueblos indígenas, la misma geografía del territorio y, siempre, información etnobotánica, preferentemente sobre plantas con propiedades psicoactivas. Escrito desde la admiración por R.E. Schultes y en memoria de T. Plowman, el libro relata las aventuras de los personajes cuando no los mismos personajes: aventureros, botánicos, chamanes, ..., describe los paisajes y los viajes y explica el contexto histórico, siempre desde un punto de vista de total respeto por los indígenas y por sus conocimientos de las plantas. La cantidad de información que aparece es inmensa y las descripciones son detalladas, pero en general la lectura es emocionante y fascinante, aunque sea fácil perderse en medio de los ríos, poblados y culturas amazónicas. Todo el libro rezuma nostalgia de un mundo y de unas formas de vida que, ya entonces, se extinguían inexorablemente.


La orquídea azul Aganisia cyanea–, que da nombre a un capítulo del libro (Orchi, CC BY-SA 3.0https://commons.wikimedia.org/w/index.php?curid=519567)
            Cuando Schultes retornó a Harvard en 1953, primero fue conservador del herbario de orquídeas Oakes Ames, más tarde conservador de Botánica Económica y, desde 1970 a 1985, profesor de Botánica. En su nueva etapa universitaria continuó estudiando y publicando sobre etnobotánica fue el editor de Economic Botany Journal de 1962 a 1979, pero sobre todo de plantas alucinógenas. También publicó una decena de libros fundamentales algunos en colaboración con Albert Hofmann para la comprensión y divulgación de las plantas psicoactivas. Hacia el final de su vida adquirió también un fuerte compromiso con la defensa de la selva amazónica y con sus pobladores ancestrales. Extremadamente conservador en política, en las elecciones a presidente de Estados Unidos, en su colegio electoral, siempre había un voto para la reina de Inglaterra. No por ello dejaba de ser un firme defensor de las libertades individuales. Llegó a ser una figura popular debido a que, en los años 70, se prestaba a declarar como testigo experto en los juicios por posesión de marihuana. Mantenía al menos en los juicios una peculiar interpretación taxonómica del género Cannabis, y declaraba que no se podía probar, con las herramientas forenses disponibles y fuera de toda duda razonable, cuál de las tres especies del género era la decomisada. Y como la ley sólo penaba la posesión de Cannabis sativa ... ¡Las extravagancias del discípulo, al final, no tenían nada que envidiar a las del maestro!

            Al menos tres géneros de plantas, aceptados actualmente, corresponden a epónimos que le honran. En 2015, el cineasta colombiano Ciro Guerra, con un guión basado en parte en una adaptación muy libre de algunos de los capítulos del libro, sobre todo el dedicado a Richard Spruce, dirigió la película El abrazo de la serpiente.


Schultesiophytum es uno de los géneros de ciclantáceas con que se hacen los sombreros "panamá" (C. Aedo)

Wade Davis (2001). El río. Exploraciones y descubrimientos en la selva amazónica. El Áncora Editores, Bogotá. 639 p. [Traducción de Nicolás Suescún; hay también una edición de la editorial Pre-textos, de 2004]

Wade Davis (1997). One river. Explorations and Discoveries in the Amazon Rain Forest. Touchstone, New York. 537 p.

Edición del texto por Edith Castells y Pilar Pérez Ramón.